martes, 10 de septiembre de 2013

Nací en Palestina



Emel Mathlouthi Ma Katlou Had chokri

Rumbo al sur


Esta vida es como mirar una estrella en la mañana, 
Una puesta de Sol, o las olas en el mar, 
Una brisa suave, o el rayo en una tormenta, 
Un sueño en el que bailas durante toda la eternidad. 

La arena era brillante a la luz de la mañana, 
Y el baile de las dunas, tan lejos, 
La noche se celebró con música tan dulce, fue larga, 
Y allí nos quedamos hasta el amanecer. 

Nos despertamos por la mañana en su suave llamada, 
Embriando nuestros camellos, 
El Sol se elevaba en el cielo del este, 
Así como nos lo propuso el grito del desierto. 

Llamando, Anhelando, Tirándo de tí a casa. 

Las tiendas más pequeñas crecieron a medida que se alejó, 
En la tierra, te das cuenta de cuántos días pasan, 
Los meses de paz y todos los años de guerra, 
Las vidas de amor y todas las vidas con miedos. 

Llamando, Anhelando, Tirándo de tí a casa 

Cruzamos el lecho de los ríos, todos grabados en la piedra, 
Y hasta las poderosas montañas conocidas, 
Más allá de los valles con el calor abrasador, 
Hasta que llegó el Caravansar. 

Llamando, Anhelando, Tirándo de tí a casa. 
Llamando, Anhelando, Tirándo de tí a casa. 

¿Qué es esta vida que me tira más lejos? 
¿Qué es esa casa en la cual no se puede residir? 
¿Qué es esa búsqueda que me tira hacia delante? 
Mi corazón está lleno cuando tú estás a mi lado. 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Un juego muy especial, las uñas de gato en Brasil

En el último viaje conocí a Carme y Xavier, dos fotógrafos catalanes con los que compartimos juegos, risas, experiencias y una inquietud por conocer el nombre de este juego. 
Aqui está el fruto de su investigación.

Xié, xié Carme

 Los ingleses le llaman Cat’s Cradle. Para los japoneses es Ayatori y parece ser que en China es conocido como Catch Cradle (翻线戏). En Rusia se llama simplemente “el juego de la cadena” Algunos buscan su origen en Japón. Sin embargo este sencillo y fascinante juego está presente en todas las culturas, desde los polos hasta el ecuador. Lo cual es un misterio para los antropólogos que no aciertan a comprender como en la polinesia saben jugar al igual que en Europa. Parece ser que su origen se remonta hasta la prehistoria.  

El objetivo del juego es hacer diferentes figuras utilizando los dedos y una cuerda. Al ayatori pueden jugar dos personas, o se puede jugar también solo, cosa que no tenía ni idea. Cuando se compite, uno de los jugadores mantiene el hilo en una figura determinada y el otro hace una figura distinta. El jugador que se equivoca o no consigue la figura propuesta pierde. Juego sutil y complejo que cuenta con las ventajas de la simplicidad, de que todos lo conocemos… es barato… ayuda a desarrollar habilidades cognoscitivas… se puede jugar en cualquier sitio por ejemplo mientras se espera en la consulta del pediatra, en la estación del tren o en la parada del autobús…

 FUENTE: http://cuadernoderetazos.wordpress.com/2011/05/31/%C2%BFsabes-como-se-llama-este-juego/














lunes, 2 de septiembre de 2013

Mujeres celtas

Las mujeres celtas que vivieron 12 siglos A.de C. y muchos siglos después podían tener tierras, ganado y riqueza lo que les permitía convivir libremente con varios hombres al mismo tiempo, (Poliandría). Podían ir al frente de un ejército y aterrorizaban a los guerreros romanos por su alta estatura, cabello rojo muy largo, voces feroces y actitud belicosa. Entrevista con la Dra. Jenisey Rodríguez Cabrera realizada por la revista digital www.generosenequidad.com para la sección Mujeres Diferentes.

Matriarcado en China

El Reino de las Mujeres
Ricardo Coler
Edit. Planeta
208 paginas



Se trata de los Mosuo, una comunidad de veinticinco mil habitantes conocida como el último de los matriarcados que aún hoy se mantiene intacto. Algo así como el “paraíso del movimiento feminista”. 



El periodista y fotógrafo Ricardo Coler emprendió un largo viaje para conocer cómo es la vida de estos hombres y mujeres que se relacionan bajo sus propias reglas y de acuerdo a sus particulares necesidades. “El reino de las mujeres. El último matriarcado” es el resultado de esa apasionante travesía. 



“Aquí, sobre el tablero, las piezas están colocadas de otra manera. Hombres y mujeres se ubican en posiciones distintas de las que estamos habituados. Ellas tienen todas y cada una de las prerrogativas mientras que ellos carecen de la más mínima. Es una variante del juego, un guión diferente para el drama-comedia-tragedia de los sexos”. Con esta reflexión, Coler da comienzo al juego que supone embarcarse en las páginas de este libro para vivir, a través de su relato, la experiencia de conocer a los Mosuo y aprender de qué hablamos cuando hablamos de matriarcado. 



Una cuestión de actitud



¿Qué es un matriarcado? ¿Es lo opuesto a un patriarcado? Coler responde que no exactamente. Es que, según explica, para definir a una comunidad como matriarcado es necesario que ésta se caracterice por la matrilinealidad (hace referencia a la transmisión del apellido) y la matrilocalidad (remite al lugar de residencia de los hijos), “pero para decir que una sociedad es matriarcal, para afirmar que es una comunidad con mujeres al mando, no basta con conocer las leyes que la rigen, ni las historias que sustentan sus tradiciones, ni la identidad de quien maneja la economía familiar. El matriarcado no es una cuestión de reglas que mejoran el lugar y el derecho de la mujer. El matriarcado es una simple cuestión de actitud; lo demás son referencias bibliográficas”.



Unas líneas más abajo, Coler arriesga un tanto más: “Cuando la sociedad es realmente una sociedad patriarcal se siente el peso de la jerarquía femenina en la vida cotidiana”. 



La figura de la matriarca, jefa de familia, es imprescindible para que una comunidad sea considerada matriarcal. Pero también lo es la figura del jefe de aldea, que es siempre un hombre. “A cargo de las familias están las mujeres, a cargo de la economía están las mujeres, a cargo de la casa están las mujeres pero de la aldea es responsable un varón. No hay mucho para hacer, pero cuando se trata de decisiones que implican a toda la comunidad, ellas mismas nos prefieren”, explica el jefe de la aldea de los Mosuo.

Los Mosuo –hombres y mujeres- se sienten orgullosos de su forma de vida. Alatashi, un miembro de la comunidad, lo explica así: “Que las mujeres estén a cargo es parte de nuestra cultura, algo que nos diferencia. Lo mismo ocurre con nuestra manera axia de matrimonio, el matrimonio andante. Es un estilo que mantenemos desde que existen los Mosuo y debemos ser respetados por ello”. 


Matrimonio andante



En los matriarcados el matrimonio no existe, o sí, pero distinto al que nosotros conocemos. “Axia”. Así es como se denomina lo que allí se conoce como matrimonio andante, una relación amorosa que se caracteriza por la no convivencia y el no compromiso. Cada uno vive en su casa, con su familia, o sea, las personas que llevan su propia sangre. Por la noche, el hombre visita a la mujer con la que haya acordado un encuentro. Al día siguiente, la mujer puede volver a elegirlo o bien puede optar por buscar nueva compañía. 



No es casual que para las mujeres Mosuo encontrar el amor no sea algo tan significativo. Están acostumbradas a ser independientes, a no necesitar a los hombres para sentirse bien y para vivir una buena vida. Eso las hace fuertes. Y ellas lo saben. 



“Los Mosuo no tienen la menor intención de hacer coincidir en la misma persona afecto, familia y hogar. La familia, para que perdure, nunca debe estar basada en una pareja. Entienden que eso vuelve al grupo altamente inestable”, explica Coler. 



El reino de las mujeres. El último matriarcado” es un libro imprescindible para estos tiempos de cambios. Nos invita a reflexionar acerca de nuestro propio estilo de vida y nos brinda fundamentos para creer que, en este mundo globalizado, ser diferente sigue siendo posible. 



Este es el primer libro del médico, fotógrafo y periodista Ricardo Coler, fundador y director de la revista culturalLamujerdemivida. Sus textos y fotografías sobre sus experiencias con sociedades matriarcales, poliándricas y poligámicas han sido publicados en medios nacionales y extranjeros. 






El reino de las mujeres


Los mosuo, una pequeña minoría del suroeste de China, presumen de unos hábitos sexuales insólitos. Es una de las pocas sociedades matriarcales que quedan en el mundo y por tradición prescinden de un contrato formal de matrimonio, basando sus relaciones en el amor libre y la satisfacción sexual. Pero, ¿podrán perdurar la libertad sexual y el poder de las mujeres mosuo mientras la sociedad china moderna se apodera lentamente de su territorio ancestral? Seguiremos a Bima, una joven mosuo, para conocer su realidad y los peligros que amenazan al modo de vida que heredó.


Ana Alcaide