sábado, 13 de julio de 2013
El fruto del Baobab
El fruto del baobab
Por Irene Dalmases en EL DIARIO
El fruto del baobab
Maite Carranza
Editorial: Espasa
Año publicación: 2013
Lola, pediatra de 39 años a la que acaba de dejar su pareja, quiere ser madre y se plantea el sentido de su vida. En el ambulatorio donde trabaja conocerá a Aminata, una gambiana joven con cuatro hijos. Ama de casa y analfabeta, Aminata es una mujer honesta, digna e inteligente que acabará cuestionando los principios y tradiciones en los que ha sido educada. Binta, la hija adolescente de Aminata, ha crecido en España, es la mejor de la clase y quiere ir a la universidad. Las tres deberán luchar por lo que quieren
No esconde la escritora Maite Carranza que estuvo a punto de tirar tres veces la toalla mientras escribía su última novela "El fruto del baobab", una historia de mujeres, en la que muestra el choque entre culturas, sin obviar cuestiones como la mutilación genital femenina o la poligamia.
En una entrevista con Efe, esta Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2011 reconoce que ha trabajado para que su relato no tuviera en ningún momento aire panfletario ni se convirtiera en una contraposición entre buenos y malos, puesto que la "complejidad" de las relaciones humanas demuestra, dice, que "nada es sencillo".
En "El fruto del baobab" (Espasa/Edicions 62) dibuja un friso en el que Lola, una pediatra separada y sin hijos, entra a trabajar en un ambulatorio de Mataró (Barcelona), donde conocerá a Aminata, una joven gambiana, madre de cuatro hijos, entre ellos la adolescente Binta, la mejor estudiante de su instituto, y la pequeña Fatou, de apenas seis años.
Las relaciones que se establecen entre ellas, así como el retrato de la familia de Aminata, casada con Abdoulieu, y que rememora a menudo los días junto a un baobab africano, rematan este título, con el que la autora barcelonesa regresa a la literatura para adultos después de "Sin invierno", del año 1999.
Antropóloga de formación y con trabajo de campo realizado en Gambia durante un par de meses, Maite Carranza quiere que el lector que se enfrente al texto vea que la ablación es "una agresión física que no se debe permitir", pero también mostrar unas formas ancestrales de vida en las que las mujeres no pueden compararse con otras de culturas diferentes porque las desconocen.
"No todo lo que existe en Occidente es oro y luce. Aquí lo que tiene prioridad es el dinero y los mercados, mientras que en otras sociedades más tradicionales de África las personas nunca son desatendidas, ni nunca se sienten abandonadas y solas", precisa.
Sin embargo, no quiere ocultar la sumisión de las mujeres de allí, ni su dependencia de los hombres. "Se transmite la desigualdad, el acceso a la educación es más difícil para ellas, y en algunos países un 95% de las mujeres son mutiladas, siendo la principal función de su vida la reproducción, la maternidad".
Muchas de estas personas, al emigrar a países occidentales, descubren otras maneras de pensar y de vivir y es cuando "se desmoronan".
A la vez, insiste Carranza, el núcleo familiar es hospitalario y generoso pero, en el caso de las mujeres, "impide su crecimiento personal".
El choque entre culturas es especialmente visible, en su opinión, con las integrantes de la segunda generación, que han podido estudiar en escuelas occidentales y que ven que "lo que les niega su sociedad y su familia se lo ofrece la sociedad occidental".
Por otra parte, defiende que las múltiples asociaciones que trabajan en estas cuestiones en España busquen la complicidad de los hombres para poderles explicar otros puntos de vista.
Sobre el título de la novela, la escritora subraya que el baobab es un símbolo de la permanencia, del valor de la tierra, un refugio y una muestra de solidez. "Es la vida", destaca.
Nacida en Barcelona en 1958, Maite Carranza es autora de una extensa y exitosa obra destinada al público infantil y juvenil, y en 2011 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2011 por su novela "Palabras envenenadas", donde trataba sobre el abuso sexual a menores.
miércoles, 26 de junio de 2013
Los jardines de Ariadna
Hoy 26 de junio, los Jardines de Ariadna palpitan en Oviedo, en el interior de la Ñocla, a la espera de ver la luz pronto, y poder extender sus semillas por rincones acogedores, en las mesillas de noche, en valijas que nos acompañan en viajes, entre las manos de mujeres y hombres con curiosidad, ...
Esperamos que la semilla fluya y se transforme en frondoso árbol bajo el que contar, cantar y encontrarse.
jueves, 20 de junio de 2013
sábado, 18 de mayo de 2013
¿Quién lo mató?
This song was inspired by the uprising of Redeyef 2008 Tunisia and the very touching and pain words pronounced by the mother of Ali Ben Jeddou El Aleimi young unemployed died electrocuted in Redeyef during the strikes of 2008, No body killed my son, only the mayor and the governor, those words are used in this song as a symbol of the Terror employed by those in power against everyone who says the truth. LYRICS
No body killed Chokri, only the mayor and the governor
No body killed my son, only the mayor and the governor
No body killed Lotfi, only the mayor and the governor No body killed my son, only the mayor and the governor Oh dear country, you have nothing but your sons Oh my dear people, wake up and get up for your country No body killed Chokri, only the mayor and the governor No body stole my bread, only the mayor and the governor No body has betrayed my people, only the mayor and the governor No body has strangled my country, only the mayor and the governor No body killed Chokri, only the mayor and the governor Oh dear country, you have nothing but your sons Oh my dear people, wake up and get up for your country Oh my dear Chokri, your blood flows in my veins Oh my dear Chokri, I give you my art my voice and my songs Cette chanson a été inspirée par le soulèvement populaire de Redeyef 2008, Tunisie et les mots touchants et très douloureux prononcées par la mère d'Ali Ben Jeddou El Aleimi jeune chômeur mort électrocuté à Redeyef lors des grèves de 2008, personne n'a tué mon fils, que le maire et la police, ces termes sont utilisés dans cette chanson comme un symbole de la terreur employée par ceux au pouvoir contre tous ceux qui disent la vérité.
Emel Mathlouthi
“Somos hombres libres que no tienen temor, somos los secretos que nunca mueren, y somos la voz de los que resisten…” Así arranca “Kelmti Horra” (Mi palabra es libre), la canción que acompañó las voces de protesta de la juventud tunecina en la bautizada Primavera Árabe de enero de 2011, erigiéndose en un himno de la revolución social pacífica. La voz que sonaba en las calles, a través de los aparatos de radio, era la de Emel Mathoulthi.
“Estaba en plena gira con mis músicos cuando empezó todo. Mi perfil de Facebook, que seguían 30.000 personas, fue eliminado. Un periodista me llamó para decirme que se habían eliminado mis canciones de su emisora de radio. Me dije que esta vez iba en serio, Túnez iba a cambiar de verdad. Decidí apoyar el movimiento y dedicar a la revolución mi concierto en Sfax. Sólo hacía una semana que Mohamed Bouazizi se había inmolado”, explica la cantante tunecina de 30 años en una entrevista reciente.
La música como testimonio de un momento histórico
Con su primer trabajo discográfico, titulado también “Kelmti Horra”, Emel Mathlouthi ha revolucionado, a su vez, la música magrebí del momento, con un estilo personal que en ocasiones nos puede remitir al de la islandesa Björk. Bajo la aparente dulzura de una voz melódica y de su figura frágil, se descubre una artista desgarradora capaz de sobrecoger con unos temas que actúan como espejos del corazón de un pueblo que clama libertad.
“Adopté un nuevo espíritu, con una música más trip hop. Estaba narrando toda la historia de Túnez a través de mis letras, trabajando a contrarreloj porque estaba decidida a acabarlo a tiempo para apoyar a los manifestantes”, explica la cantante que reconoce que: “El estado de mi país siempre me ha deprimido, echaba tanto de menos la libertad cuando era más joven que nunca he podido quedarme sin hacer nada. Cantar era la única forma de expresarme con libertad”.
Un álbum sorprendente
Nos hallamos ante un trabajo sorprendente en cuanto a su factura, como aventura de entrada el primer tema “Houdou’on” (Calma). Y es que la emoción discurre entre notas de una extrema delicadeza, azotadas súbitamente por una gran dureza sonora que lleva al límite en sus actuaciones en directo. Tras sus dos presentaciones en Barcelona de este mes de julio y septiembre, la revolución de Emel Mathlouthi llegará el próximo 18 de noviembre a la sala BBK de Bilbao.
Os dejamos con el impactante “Ma Likt” (No he encontrado), el segundo tema del álbum. También podéis escuchar “Kelmti Horra” en el siguiente enlace (escuchar aquí) y el tema que grabó en español “Nací en Palestina”, un auténtico himno a la paz de todos los pueblos, y que no está incluido en el disco (escuchar aquí).
domingo, 12 de mayo de 2013
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