sábado, 14 de enero de 2012

Jardines Marjorelle (Marraquech)



El Jardín Majorelle nació como un proyecto de jardín del pintor francés Jacques Majorelle en el año 1931. De ahí que los colores sean tan importantes y tan presentes en el jardín. Años antes el pintor compró el terreno y ahí edificó su vivienda estilo "Art-Nouveau", y aprovechó las nombrosas palmeras existentes para crear el jardín. Debido a su interés por la botánica, fue incluyendo nuevas especies traídas de diversos lugares del mundo para ir aumentando su colección hasta las 300 de hoy en día.
Actualmente, y desde 1980, el Jardín Majorelle pertenece al modista Yves Saint-Laurent, quien se apropió del jardín después de la repatriación y desaparición de Jacques Majorelle en París, y creó una asociación para su conservación y mantenimiento.

Actualmente descansan los restos de Yves Saint Laurent en un rincón del jardin.

Se trata de una reserva natural de cactus, bambúes, buganvillas y muchas otras plantas que rodean un chalé de un color azul cobalto. Hoy en día la pintoresca casa en estilo Art Déco hospeda el Museo de Arte Islámico.

http://www.jardinmajorelle.com/

Cuando entramos en el jardín Majorelle, previo pago de tres euros, el visitante se sume en un país de calma dónde el color y las texturas de plantas provenientes de los cinco continentes conviven exuberantes gracias al toque que su actual propietario, el diseñador de moda Ives Saint Laurent, ha dado en cada rincón después de su restauración.



Una gran colección de cactus de todo el mundo recortan el horizonte de este jardín, unificado por los colores azul, amarillo y verde estuco. Dicen que el diseñador de moda encontraba en los jardines Majorelle la inspiración y la musa para muchos de sus diseños. Realmente no es difícil imaginarse gasas o sedas estampadas con los colores y formas naturales que salpican el jardín. Una larga paleta de verdes, del pastel al hierba, añaden a las perfectas composiciones de volúmenes y texturas un orden y un matiz que transportan a la tranquilidad. Sentarse en uno de sus bancos y ver dejar caer la tarde, con la luz fundiéndose entre las espinas terciopelo, es una verdadera delicia. Y el punto y aparte de estos jardines, que los diferencian eternamente del resto de Marrakech es un azul tan intenso y vívido que por su propia singularidad ha adquirido ya el nombre de Azul Majorelle.



Este jardín está recomendado principalmente a los amantes de las plantas, de los jardines, y sobretodo de los cactus. Existen mil y una variedades, muchas de ellas difíciles de encontrar concentradas en cualquier otro lugar. El jardín está muy limpio y muy bien conservado. A pesar de formar parte de muchos tours turísticos de la ciudad, por la tarde es un lugar bastante tranquilo que invita a sentarse en alguno de sus rincones y dejar caer las horas, que imprimen diferentes formas y texturas a composiciones limpias y neutras.

Jacques Majorelle fue uno de los más reconocidos coleccionistas de plantas. Se entrevé que por encima de todo, los cactus y las palmeras fueron su gran debilidad. Después de su muerte, las manos de un artista y diseñador como Yves Saint Laurent han permitido que el primer objetivo de los jardines perviviera a su creador. Hoy es posible visitarlo y reconocer en muchos espacios la delicada mano de su impulsor.

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